V ¿Por qué no puedo disfrutar el sexo?
Hace una semana lo vi nuevamente. Era la segunda vez que nos veíamos a escondidas y le dije que sería la última. Desde ese día no me deja en paz. Me siento ansioso porque por primera vez lo hicimos sin protección y, como siempre, yo me había tomado mis tragos. No sé por qué no puedo disfrutar del sexo a menos que haya tomado alcohol.
Lo conocí hace pocas semanas, durante vacaciones, mientras todavía estaba con mi novio y me siento horrible por haberlo hecho. Él es mayor que yo y vive en una parte de la ciudad no tan agradable.
Últimamente siento que desde que empecé a tomar, no hay forma en que lo haga y lo disfrute a menos que haya tomado un par de copas. Es como si necesite una dosis para estar presente porque, si no, mi mente está en otro lugar.
No te conté por qué terminé con mi novio. Yo sé, no es la primera vez que pasa y no sé si sea la última pero ya me estoy cansando de esta montaña rusa. Los últimos días han sido de una profunda tristeza. Casi no duermo. Tengo miedo de cerrar los ojos porque las pesadillas vuelven y me levantan a cada rato. Pensé también que ya había superado mi miedo a la oscuridad pero cuando me despierto a eso de las dos y treinta de la mañana en la ausencia de luz, mi corazón palpita muy fuerte.
A veces ni siquiera estoy pensando en él pero no puedo hacer que mi corazón deje de palpitar tan rápido. Cierro los ojos muy fuerte, me acuesto de lado y abrazo lo más que puedo a mi almohada. Sentir la presión contra mi pecho ayuda un poco, pero el alivio no se compara con el resto de dolor. Siento algo en la garganta, como si se cerrase y no me permitiese respirar. Siento que me ahogo. Abro los ojos y me pregunto si es que esto algún día cambiará o si así será por el resto de mi vida. Cómo quisiera que fuese de día nuevamente para no sentirme así.
¿Y qué pasará mañana? Ahora estoy joven pero ¿mañana? ¿qué tal en diez años? ¿qué pasará cuando sea viejo? ¿estaré solo completamente? ¿que pasará si tengo una familia con una chica que no quiero? ¿me sentiré así todas las noches? ¿qué tal si alguien se da cuenta que soy gay? ¿y si él ya está con otro chico? Tal vez sea mejor salir de la universidad y mudarme de ciudad. Empezar de nuevo en algún lugar desconocido. Ya para. Estás acá. Por el momento todo está bien. Por el momento nadie sabe de ti.
Me pregunto si él se va a casar con una chica, si voy a terminar solo. No, tal vez si yo también me caso con una chica no terminaré solo. Pero qué tal y si ella se da cuenta. Qué tal si él le cuenta a alguien lo nuestro. ¿Por qué pensé eso? No creo que lo que cuente a nadie. Él sabe que lo nuestro es secreto.
Ahora de verdad siento que me va a dar un ataque. Siento como si alguien esté martillando mi pecho y me coloco en posición fetal. Tengo que pararme a tomar un vaso de agua, tal vez eso ayude. Estoy temblando y me muero de miedo. Solo puedo llorar por ahora. Quisiera poder contarle a alguien pero no me atrevo. Nadie puede saber lo que me está pasando. Tal vez incluso haya una solución a futuro y solo tenga que encontrar a la mujer o la psicóloga adecuada. Dios, a veces quisiera solo despertar muerto y ser un ángel. Seguro allá arriba podré servirte mejor. Llévame.
¡¿Por qué mierda me metí con un chico?! Todo esto me está pasando por hacer algo que no debía. En ese rato se sentía muy bien pero ahora que estoy pasando por esto siento que es el castigo que merezco por lo que he hecho. Y para colmo este tipo no me deja de escribir. Solo quiero que desaparezca. Cada vez que lo hacemos me siento peor. Me siento bien por un rato pero luego me invade la culpa. Es como una sábana de la que no puedo escapar y hace que la presión en mi pecho se vuelva más fuerte.
Ahora para colmo tengo miedo de que me haya pasado algo. Al principio solo tenía miedo de quedarme solo e ir al infierno pero ahora…¿y si tengo algo?
Este tipo no es bueno. Lo conocí por abrir esa maldita aplicación de Grindr y me atreví a ir a su casa. Había tomado mucho el día anterior y por alguna razón, luego de una borrachera, tengo muchos deseos de ser tocado. Me atreví a darle mi número y me escribió casi que enseguida. Quedamos en vernos en su departamento. Me excité mucho con las fotos que me pasó de su pene y con el lenguaje vulgar que usó para expresar cómo lo haríamos. Pero él no es una persona buena. Hay algo en sus ojos.
Dicen que los ojos son la ventana del alma y creo que en este caso es verdad. Sus ojos eran extraños. Sus palabras no tenían coherencia y su risa era de aquellas que salen en cada oración sin ser invocadas por algo chistoso y que dan una atmósfera macabra. No sé por qué hago estas cosas. Debí salir corriendo desde ese rato.
¡Maldita sea! Estos últimos días no me ha dejado de escribir. Me dice que ya sabe quién soy, que si no lo veo le va a decir a mis padres y me esperará afuera de mi casa para que aprenda a respetarlo. Tengo mucho miedo. Dice que ya sabe donde vivo. ¿Y si le dice algo a mi familia? ¿si me hace algo a mi? Tengo la impresión de que este tipo es un criminal.
La primera vez que lo vi le conté a mi psicóloga que me sentía culpable. Me preguntó que por qué lo hice y le dije que no estaba seguro. El alcohol tuvo algo que ver por supuesto y el hecho de que las cosas no estaban yendo tan bien con mi novio. Sentía que estaba perdiendo el interés en mi. Fue ahí cuando salió el tema. Le dije que no me gustaba el sexo. Que era algo extraño. Que lo disfrutaba hasta cierto punto pero que siempre estaba asociado con un sentimiento inexplicable de ausencia o culpa. Ni siquiera con mi novio lo disfrutaba al 100%. De hecho, a veces accedía a hacerlo porque sabía que él sí lo estaba disfrutando.
Mi psicóloga me explicó que no le extrañaba y que definitivamente la respuesta estaba en mi mente. Me dijo que como cultura nos enseñan desde pequeños que todo lo que tiene que ver con sexo es “caca”. Que el sexo es malo. Que sentir placer es sucio. Me dijo que si a eso le sumaba el que me guste un chico las cosas se ponían peor porque para mi mente estaba siendo doblemente sucio.
Me dijo que mientras más descubra mi cuerpo y logre relajarme en el acto más me acercaría a un espacio de disfrute. Pero que iba a tomar tiempo. Estaba tan desconectado con mi ser. Lo había apagado tanto que era como si estuviese muerto. También me dijo que mi homofobia interna a todo lo que yo consideraba “gay” hacía que odie esa parte de mi. Que mi cuerpo se llene vergüenza y que eso me separe más y más de mi cuerpo.
No entendí del todo. Pero es verdad que hay un sentimiento de vergüenza por ahí. Sentir el contacto de otro cuerpo me parece erótico. Sentir el cariño de otra persona me parece tierno. Pero el acto sexual me apaga. ¿O tal vez no?
Cuando tomo todo cambia. Mi psicóloga me dijo que exploraríamos eso. En fin, tengo miedo de que este tipo haga algo malo conmigo. Lo bueno es que en dos semanas se terminarán mis vacaciones de la U y me iré del país nuevamente. Eso me hace sentir un poco más tranquilo de estar a salvo.
—Hola, ¿qué tal el verano?.
Le había dicho que no me escriba pero en estos momentos me alivia tanto escuchar de él y qué bueno poder contarte esto. ¿Te has sentido igual?
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